Licenciada en Comunicación, especializada en Organizaciones y Publicidad, y con un posgrado en Marketing, Tamara fusiona su formación estratégica con una sensibilidad creativa que se nota en cada detalle de sus piezas.
Conversamos con ella sobre su apuesta emprendedora, la importancia de la conexión emocional con los clientes y los desafíos de mantenerse auténtica en tiempos de cambio.
¿Cómo nace OLEA y qué significa para vos?
OLEA nace del deseo de crear algo propio que combine diseño, emoción y estilo. Siempre me gustaron los accesorios como forma de expresión, como esos detalles que dicen mucho sin necesidad de hablar. Para mí, OLEA es más que una marca: es una plataforma para contar historias y conectar con personas a través de piezas con identidad.
¿Cuál dirías que es el mayor diferencial de la marca?
OLEA propone un equilibrio entre creatividad, artesanía y experiencia de uso. Cada colección parte de una inspiración, de una emoción o de una idea que queremos transmitir. No es solo diseño estético, buscamos generar ese efecto Wow en quien lo usa. Nos inspiran marcas como Verde Oliva en Chile, que tiene un enfoque ético y de autor, o proyectos como Siento, que trabajan el accesorio con sentido y mensaje.
En un mercado lleno de propuestas, ¿cómo logran destacarse?
Hoy no alcanza con tener un buen producto: hay que contar bien la historia. Nuestro enfoque está en crear una marca que hable con honestidad, que se mantenga cercana a las personas. No hacemos moda rápida ni buscamos masividad. Lo nuestro es conectar con quienes valoran el diseño con alma. A eso le sumamos calidad, innovación y sentido del humor, porque también creemos que la moda tiene que ser divertida.
Tu hermana gemela Tatiana también está involucrada. ¿Cómo es trabajar juntas?
¡Es un lujo! Compartimos muchas ideas y nos complementamos bien. Tatiana tiene una mirada súper práctica y sabe identificar lo que realmente funciona. Nos apoyamos mucho y eso también es parte del espíritu de OLEA: un proyecto hecho desde lo familiar, desde lo genuino.
¿Qué desafíos enfrentan hoy las emprendedoras del rubro creativo?
Hay varios. El principal quizás sea mantenerse auténtica y relevante en un entorno que cambia muy rápido. Las redes sociales, las tendencias, el comportamiento del consumidor… todo se mueve. Pero ahí está el secreto: en no perder de vista nuestros valores. En nuestro caso, son tres: audacia, creatividad y conexión emocional.
¿Qué visión tenés para el futuro de la marca?
Nos encantaría que OLEA se consolide como una marca referente del diseño independiente en Uruguay, pero también en otros mercados afines, como Argentina, Chile o incluso Brasil. Queremos crecer sin perder lo que somos: una marca con identidad. Nos interesa colaborar con otras marcas emergentes, participar en ferias de diseño y crear comunidad.
¿Y si alguien quiere comprar un accesorio de OLEA, cómo puede hacerlo?
Tenemos varias formas. Pueden encontrarnos en Instagram como @oleaaccesorios, donde mostramos nuestras colecciones y nos pueden escribir por mensaje directo para hacer su pedido. También estamos presentes en dos espacios físicos: en Montevideo en https://www.instagram.com/casa_petrichor/ y en Minas en https://www.instagram.com/notansantasuy/
Además, ofrecemos pick up en Malvín y realizamos envíos a todo el país. Queremos que cada persona encuentre su OLEA, esté donde esté.
Y por último, ¿cómo quieres que se sientan quienes usan un accesorio de OLEA?
Que se sientan ellos mismos. Que encuentren algo que los represente, que les alegre el día, que les dé ese toque diferente. Para mí, un buen accesorio es el que te hace sonreír cuando te lo ponés. Eso es lo que buscamos: emocionar desde lo simple.