Un sabor que une generaciones

Pocas delicias evocan tanto calor de hogar como un frasco de dulce de leche recién hecho. En Uruguay, este manjar cremoso acompaña desayunos, meriendas y postres desde hace más de un siglo, convirtiéndose en un símbolo nacional casi tan valioso como el mate y la milonga.

Historia breve

Aunque el origen del dulce de leche se disputa entre varios países de América Latina, en Uruguay cobró fuerza a fines del siglo XIX, cuando los queseros de Paysandú y Colonia comenzaron a concentrar la leche descremada sobrante para prolongar su conservación.

• Influencia gaucha: los vaqueros llevaban consigo “manjar blanco” en mates de cuero, aprovechando la abundancia de leche de las estancias.
• Industria local: hacia 1900, pequeñas fábricas artesanales empezaron a convertir esa preparación en un producto de consagración nacional, usando hornos de leña y recipientes de cobre.
• Identidad compartida: si bien en Argentina y Paraguay también se elabora un dulce de leche muy similar, los uruguayos lo reclaman como propio por su textura un poco más fluida y su dulzor equilibrado, resultado de la leche de vacas criadas en pasturas naturales.

Receta casera de dulce de leche uruguayo

Ingredientes (para 500 g aprox.)

• 1 litro de leche entera fresca
• 300 g de azúcar (blanca o rubia)
• ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
• 1 vaina de vainilla (o 1 cucharadita de extracto natural)

Pasos

1. Preparar la base: en una olla ancha de fondo grueso, mezcla la leche y el azúcar. Abre la vaina de vainilla, raspa sus semillas e incorpóralas junto con la vaina.
2. Añadir bicarbonato: disuelve el bicarbonato en un chorrito de leche fría y viértelo cuando la mezcla rompa el hervor. Esto evita que la leche se corte y ayuda a lograr el color caramelo.
3. Cocción lenta: reduce el fuego al mínimo. Cocina sin tapar, removiendo con cuchara de madera cada 5 minutos para evitar que se pegue.
4. Espesado y color: tras 60–90 minutos, la preparación empezará a tomar un tono dorado intenso y a “subir” por las paredes de la olla. Cuando al pasar la cuchara el trazo permanezca unos segundos, está a punto.
5. Toque final: retira la vaina de vainilla, bate brevemente para alisar la textura y vuelca en un frasco esterilizado. Enfría a temperatura ambiente antes de tapar.

Consejos uruguayos

• Usa leche de vacas criadas en pasturas: aporta un matiz lácteo más rico.
• Si prefieres menos dulce, reduce azúcar a 250 g y prolonga la cocción medio cuarto de hora.
• Para una versión más espesa (ideal para rellenos), deja cocinar un poco más hasta que tenga consistencia de miel espesa.

¿Es uruguayo o “igual a otros”?

El dulce de leche varía en cada país y en zonas latinoamericanas, pero en Uruguay tiene:

• Textura fluida que se desliza y no se endurece en frío.
• Sabor equilibrado, sin notas quemadas, gracias a la cocción suave y constante.
• Conexión cultural: en cada pueblo y estancia, la receta casera pasa de mano en mano, manteniendo vivos los recuerdos de la infancia.

En definitiva, el dulce de leche uruguayo es prima hermana de sus versiones regionales pero con un carácter propio: nace del respeto a la materia prima y de la paciencia gaucha que convierte cada frasco en un pedazo de historia nacional.

¡Anímate a prepararlo y descubre por qué cada cucharada sabe a Uruguay!

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