Uruguay volvió a dejar su huella en la televisión argentina. En una final cargada de emoción y sorpresa, Santiago «Tato» Algorta se consagró como el flamante ganador de Gran Hermano Argentina 2024, venciendo al cordobés Ulises Apóstolo con un aplastante 62,8% de los votos, frente al 37,2% de su contrincante. Con este triunfo, Uruguay se queda con el bicampeonato, luego de que Bauti Mascia levantara el trofeo en 2023.
Desde su ingreso a la casa más famosa del país, Tato se mostró auténtico, simpático y transparente. Su estilo natural lo posicionó como uno de los favoritos del público argentino y uruguayo desde el primer día. En redes sociales, su impacto fue contundente: más de 577.000 seguidores en Instagram y 213.000 en TikTok, reflejan el alcance de una comunidad que lo apoyó hasta el final.
Pero su historia va más allá de un fenómeno digital. Antes del reality, Tato trabajaba en Fábricas Nacionales de Cerveza en Uruguay, y su perfil humilde y trabajador conectó con miles de espectadores que se sintieron identificados con su relato de vida. Además, su fanatismo por Peñarol fue otro rasgo que marcó su paso por el programa: cada tanto, entre risas o emociones, lanzaba un “¡Vamos Peñarol!” que cruzaba fronteras. Incluso recibió saludos del presidente del club, Ignacio Ruglio, del plantel aurinegro y del expresidente Jorge Barrera.
En una edición que no logró superar los niveles de audiencia de años anteriores, Tato supo destacarse con luz propia. A punto de ser eliminado en la segunda gala, dio vuelta su destino en el juego y terminó cerrando la puerta de la casa como campeón. La producción, incluso, cometió un descuido en el momento decisivo: al mostrar los porcentajes de los votos, se vieron los rostros de los finalistas revelando anticipadamente el resultado.
Su victoria también reaviva el recuerdo de Bauti Mascia, el músico uruguayo que en 2023 conquistó la edición anterior. Integrante del grupo Toco para Vos, Mascia se llevó el título con un 56,2% de los votos. Su paso por el reality marcó el inicio de una era en la que los uruguayos, poco a poco, comienzan a marcar presencia fuerte en la televisión argentina.
Más que un juego, un símbolo
El triunfo de Tato no es solo un logro personal: representa el reconocimiento a un país chico en territorio, pero grande en talento. En tiempos donde las fronteras culturales se desdibujan, la victoria de un uruguayo en un reality argentino refleja la hermandad rioplatense, pero también el poder de la autenticidad frente al espectáculo masivo.
Sencillo, frontal y querido, Tato Algorta no solo ganó Gran Hermano: ganó el corazón del público. Y con él, Uruguay volvió a brillar en el centro de la escena mediática del país vecino.