La fundación Shai le presentó a la cancillería un plan para recibir a 15 familias afganas que buscan refugio tras la toma de poder de los talibanes en ese país. El planteo cuenta con el respaldo del diputado Gerardo Amarilla, integrante de la llamada «bancada evangelista».
El ministro de Relaciones Exteriores Francisco Bustillo le trasladó el tema al presidente Luis Lacalle Pou, coincidiendo ambos en que hay que tomar el tema con cautela. Ya tuvimos una experiencia al respecto, como la dificultosa adaptación de las 42 familias sirias en 2014, durante el gobierno de José Mujica.
Precisamente, Mujica se refirió a las familias afganas permitiéndose aconsejar que “Primero les miren las manos a estas personas», ya que uno de los problemas de adaptación más allá del cambio cultural, es que las personas seleccionadas no tenían experiencia en trabajo agropecuario, una de las salidas laborales que estaban previstas en el proyecto de inserción social.
Sobre las familias sirias, Mujica dijo que quedó tremendamente molesto ya que no cumplían con las condiciones que él había solicitado, es decir, que supieran trabajar la tierra. En aquel momento, el tema se canalizaba a través de la secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, cuyo director era Javier Miranda.