

Del campo al plato, emprendimientos, políticas y cocineros uruguayos impulsan una nueva forma de alimentarse: más consciente, local y responsable. ¿Qué está haciendo Uruguay por la gastronomía sostenible?
En este Día Internacional de la Gastronomía Sostenible, Uruguay no se queda en definiciones abstractas. Desde los viñedos de Canelones hasta las huertas urbanas de Montevideo, desde los productores de quesos artesanales en el litoral hasta los menús escolares con frutas locales, el país comienza a construir un modelo alimentario más justo, saludable y vinculado a su identidad productiva.
Significa pensar en lo que comemos como parte de un sistema que une al campo con la ciudad, al productor con el consumidor, al turismo con la identidad territorial. En Uruguay, donde la trazabilidad, la ganadería de pastoreo y la producción orgánica han cobrado fuerza, hablar de gastronomía sostenible implica reconocer lo que ya se viene haciendo bien —y también lo que falta mejorar.
No se trata solo de productos orgánicos. Se trata de:
En el litoral, emprendimientos como Queso Cerrillero apuestan por la producción artesanal y responsable, generando valor local y cuidando el entorno.
En el sur, bodegas como Santa Rosa o Quinta Santero integran turismo, vitivinicultura consciente y cocina de cercanía.
En Colonia, Comarca Las Liebres ofrece una experiencia completa: huerta 100% orgánica, viñedo propio, platos de estación y un modelo de hospitalidad que respeta al medio y al comensal.
En Montevideo, cada vez más ferias barriales incorporan productos agroecológicos y cooperativas como CEUTA trabajan con pequeños agricultores familiares para sostener economías solidarias.
Uruguay ha sido pionero en incorporar frutas y verduras frescas en sus programas de alimentación escolar. INDA y el Plan de Alimentación Escolar priorizan productos locales, frescos y nutritivos. A su vez, los centros de UTU en gastronomía han comenzado a incorporar módulos sobre cocina sustentable, cero desperdicio, y valorización del producto nacional.
También surgen propuestas desde el sector turístico. El Ministerio de Turismo ha impulsado, junto a INAVI, el fortalecimiento del enoturismo con una mirada sostenible, fomentando la economía circular y el vínculo entre gastronomía, territorio y experiencias.
En Uruguay, donde el mate nos reúne y el asado nos identifica, la gastronomía tiene un enorme poder simbólico. Apostar por una cocina sostenible es mucho más que seguir una moda global: es reivindicar nuestra forma de habitar el territorio con respeto, sabor y conciencia.
Hoy, 18 de junio, celebramos no solo los alimentos, sino las historias detrás de ellos. Las manos que los cultivan. Los fogones que los transforman. Y las mesas que los comparten.
Porque el futuro —si queremos que sea justo, saludable y sabroso— también se cocina todos los días.