Las historias del popular y más grande Duende Uruguayo que compartieron por igual grandes y chicos.
Juan Antonio Rezzano, el artista callejero conocido como “Fosforito” transitó por las calles de Montevideo y Punta del Este, con su típico cartel, con el que realizaba publicidad y difusión de los distintos productos que confiaban en su popular manera de publicitarlos en los años del siglo pasado.
Tocando sus típicas “castañuelas” con dos huesitos en cada mano recorrió las calles del extenso lugar que lo vio crecer con esa magia de los tiernos comunicadores.
El film “Fosforito el último duende”, el documental – es una ficción sobre la vida de Juan Antonio Rezzano, dirigido y producido por su hijo Sergio, y protagonizado por el reconocido actor uruguayo Ignacio “Nacho” Cardozo.
Con una duración de una hora y veinte minutos, el documental incluye materiales de archivo del propio Fosforito, homenajes que importantes artistas realizaron a este personaje típico de la cultura uruguaya, testimonios de quienes lo conocieron y partes ficcionadas.
Se contó con la actuación especial de Eunice Castro, Luciano Zinola y Julián Ache Pérez, joven artista quien recientemente destacó por su participación en la serie “Iossy, el espía arrepentido” de Amazon Prime, y fue seleccionado en importantes castings para incorporarse a otra serie en HBO.
La película sigue la línea de vida de este gran artista callejero, cuyo carisma y talento trascendió las fronteras de Uruguay, y despierta una sonrisa – y algo de nostalgia- en quienes tuvieron la dicha de haber disfrutado de sus apariciones en las calles de Montevideo, y también en Punta del Este ( en Avenida Gorlero y las playas).
En el Avant Premiere realizado el pasado viernes 24, el público aplaudió de pie por varios minutos, en una Sala Cantegril a pleno, que desbordaba emoción.
Una historia contada por su hijo Sergio Rezzano, que con esta realización lanza su Opera Prima, con autoría de su dirección, producción y guión, con testimonios de periodistas, músicos y figuras que trataron y conocieron al mítico payaso
Una película con recuerdos inolvidables, hecha en Uruguay para recuerdo de turistas y residentes, para el folklore Oriental.
Ciento veinte minutos de un cuento de verdadero Duende Callejero.
Juan Antonio Rezzano Ferrín “Fosforito” (1914 – 1994) nació en la Ciudad Vieja de Montevideo. Tenía 7 años cuando se presentó a un concurso de baile en el tablado “La Jaula del Loro”, ahí bailando con los pies, las manos y de cabeza ganó el primer premio.
A partir de entonces inicia su caminata de showman callejero, pionero de una rutina caricaturesca. Tuvo como primer escenario el Mercado del Puerto y en medio del barullo y al son de sus castañuelas “de huesos” oficiaba de músico excéntrico. Después en la calle bailaba acompañándose al ritmo de sus castañuelas, alternando con su acto de mimo ambulante recorría la noche de la ciudad trepado en los tranvías, vendiendo diarios “al grito”. Así durante años que le dejaron como anécdota espiritual un soplo de inspiración poética para componer un tango que tituló “Lágrimas de un canillita”.
En su primera mutación del adolescente al hombre estrena su alegoría “chaplinesca” recibiendo a los niños que concurrían los domingos de mañana a las funciones del “Cine Baby” en el cine Metro. Luego agrega a su repertorio de morisquetas la animación de fiestas infantiles, sin abandonar nunca su puntual caminata por las calles de Montevideo. A partir de ahí lo vimos en la Vuelta Ciclista del Uruguay llegando primero a cada pueblo montado en un triciclo de juguete, o disfrazado de Cantinflas en las Criollas del Prado jineteando un burro pateador, o cuando los domingos caía por la feria de Tristán Narvaja integrando un trío de excéntricos musicales.
En la década del ’60 es invitado por “El Gallego” Sola (promotor de shows internacionales) a Punta del Este, contratándolo para que cumpla su rutina de agente de publicidad, caminando por la Avenida Gorlero vestido de Chaplín anunciando su cartelera de espectáculos. De ahí en adelante siguió haciendo sus temporadas de verano en “La Punta” pero en carnaval actuaba en los tablados de Montevideo como el “Cómico Fosforito”. Participó en el programa pionero de la televisión uruguaya “Telecataplúm”, trouppe uruguaya con la que actuó en teatros de Buenos Aires. Después fue contratado como humorista para actuar en Chile, Paraguay y Brasil.
Provocaba el asombro del público cuando en los bailes del Parque Hotel acompañaba con sus huesos o cucharas a las orquestas de Juan D’Arienzo en “La Cumparsita” y a Donato Racciatti en su tango “El Oriental”, desatando el emocionado aplauso de los bailarines. Fue figura de los carnavales, homenajeado por conjuntos y coronado por la Comisión Municipal de Fiestas como “Marqués de las Cabriolas”.
Texto de Roberto Bianco – Web Museo del Carnaval