

Durante tres días, el Antel Arena se transformó en un gran laboratorio ciudadano, donde convivieron emprendimientos innovadores, centros educativos, organismos del Estado, empresas, y una ciudadanía cada vez más comprometida con el cuidado del ambiente. Expo Uruguay Sostenible 2025 fue mucho más que una feria: fue una invitación a repensar nuestros hábitos, a descubrir nuevas formas de producir, consumir y vivir.
En esta edición, más de 200 stands —entre ellos 100 emprendimientos sostenibles y 30 organizaciones de la sociedad civil— ofrecieron ideas concretas para un país que avanza hacia la economía verde, la movilidad eléctrica, la producción responsable y el turismo sostenible.


Durante nuestra visita, entablamos diálogo con referentes de proyectos ejemplares. Fue el caso de Mutua, un emprendimiento liderado por María De Arrascaeta y Verónica Bender, que mostró en vivo cómo el aceite de cocina usado puede convertirse en jabón biodegradable, vegano y libre de crueldad animal. Su mensaje fue claro: la sostenibilidad empieza en casa, con gestos simples que evitan contaminar y promueven el reciclaje.
También conocimos a GreenPet, una empresa familiar que desafía paradigmas tradicionales con alimento para perros a base de proteína vegetal. Su fundadora, Carolina Juncal, explicó cómo llegaron a desarrollar un producto que cuida la salud animal y reduce la huella ambiental, alcanzando calidad de nivel “super premium”.
Otro punto alto fue el stand de UTU, donde estudiantes demostraron en tiempo real el poder de la comunicación comprometida, transmitiendo desde su radio y televisión educativa, entrevistando a actores del ecosistema sostenible y creando contenido con propósito.
En el marco de la Expo Uruguay Sostenible 2025, destacó la exposición de Cristian Pos, director nacional de turismo, quien abordó con claridad y profundidad el desafío de integrar la sostenibilidad en el turismo. Su presentación puso el foco en la necesidad de repensar los modelos tradicionales de desarrollo turístico, incorporando prácticas responsables que valoren el patrimonio natural y cultural, reduzcan el impacto ambiental y generen beneficios concretos para las comunidades locales. Con ejemplos regionales y datos actuales, Pos invitó a ver al turismo no solo como motor económico, sino como herramienta de transformación social y ambiental.



El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) tuvo un rol protagónico, compartiendo sus principales líneas de acción para el desarrollo sostenible:
La ministra Fernanda Cardona destacó que “el desarrollo se construye todos los días, con políticas públicas que miren el presente sin perder de vista el largo plazo”.
La Expo ofreció más de 60 charlas y 40 talleres interactivos, muchos orientados a niñas y niños, para sembrar desde temprano una cultura de respeto ambiental. Uno de los espacios más celebrados fue la Ronda de Negocios, donde emprendimientos sostenibles de todo el país se vincularon con grandes empresas en busca de sinergias que potencien la economía circular.
La Expo forma parte de la campaña “Junio, Mes del Ambiente”, impulsada por el Ministerio de Ambiente y Presidencia de la República, bajo el lema “Cuidar el ambiente es cuidar la vida”. La iniciativa busca sensibilizar a la sociedad sobre la urgencia de preservar nuestros ecosistemas, promoviendo el compromiso de todos y todas.
El ministro de Ambiente, Robert Ortuño, lo sintetizó con claridad:
“La Expo busca inspirar y empoderar a la ciudadanía en la construcción de un futuro ambientalmente responsable, y también reconocer el camino que muchos emprendimientos, organizaciones y empresas ya vienen transitando”.
La sostenibilidad no es una utopía. Es una construcción colectiva que, como se vio en la Expo, ya está en marcha en Uruguay. Desde el jabón que se puede hacer en casa hasta la política energética del Estado, cada acción suma. Y el desafío es claro: multiplicar esas acciones hasta que lo sostenible sea la norma, no la excepción.