Por Silvana Brustia Caperchione
La continuación de la película de terror de Fede Álvarez al fin llegó. Para conocer más detalles SHOP NEWS WEB entrevistó al actor uruguayo Christian Zagia (44 años) quien vuelve a encarnar al personaje de Raúl, esta vez con más desarrollo. Estreno mundial exclusivamente en cines.
En 2016 se estrenaba «No Respires«, la película de terror que fue un éxito tanto en taquilla como en crítica y que ahora podemos encontrar en Netflix. Tras 5 años por fin llega su secuela, «No Respires 2« este miércoles 12 de agosto exclusivamente en cines.
Está ambientada en los años posteriores al mortal allanamiento inicial, donde Norman Nordstrom (Stephen Lang), “el hombre ciego”, vive en una tranquila soledad hasta que sus pecados del pasado le alcanzan. Ahora los espectadores verán lo que él ve. En esta continuidad hay un vuelco importante en la trama.
Un estreno donde el público deberá decidir nuevamente por sí mismos lo que sienten por Norman y lo que ha hecho, y esto es exactamente lo que los realizadores buscan.“Las películas en las que sabes quiénes son los héroes y quiénes los villanos no tienen intriga”, dijo Álvarez a la prensa.
Y agregó: “Sabes de antemano quién ganará, quién merece ganar, quién merece morir. Pero el mundo de «No Respires 2» está compuesto por sombras de gris y algunos negros muy oscuros. Nos esforzamos por contar historias nuevas y originales que no has visto ya un millón de veces. Nosotros te contamos honestamente una historia, pero el lugar asignado a los personajes depende totalmente de ti”.
Es egresado de la Escuela de Expresión Teatral Anglo – Ombú, participó del Curso de combate escénico para teatro y audiovisual dictado por Ian Harvey Stone, y del Curso “Confección de guiones-Estudio Imagen Ravaiolli”, entre otros.
Ha trabajado desde la década del 90 en el medio artístico, tanto en teatro, cine y televisión con una extensa trayectoria. Entre los proyectos de los que participó se encuentran los cortos de ficción “Los Pocillos” y “La Boya” ambos dirigidos por Federico Álvarez. Participó actoralmente en la película de Luis Nieto “Estrella del Sur” en 2001.
Ha sido actor, adaptador, director, coreógrafo y productor en numerosas obras teatrales. Actuó en las obras de Gustavo Bouzas “Pulguitas de Colores”, “Rescatate” y “HDP.
En cine participó como actor en la película “Rincón de Darwin” dirigida por Diego Fernández. Ha sido partícipe también de la serie “Preso en el extranjero” emitida por National Geographic, como actor y coreógrafo de escenas de combate. Entre diciembre de 2011 y mayo de 2012 bajo la dirección de Ambrogio Lo Guidice fue actor en la ficción italiana Terra Ribelle 2 emitida por la RAI. En 2016 encarnó a Raúl en “No Respires”. Ahora regresa con el mismo personaje en “No Respires 2”.
-CZ: Regresa Raúl. En la primera película tiene una aparición muy breve. En la segunda parte está bastante presente casi toda la trama. El personaje tiene muchas aristas por lo cual es difícil a veces hablar de él, porque puedo revelar detalles antes de tiempo, ya que está en momentos que son decisivos para algunos aspectos de la trama.
Raúl es un personaje que es latino por lo cual es fácil empatizar con él. Pero no es un tipo de buenas costumbres ni de un tipo de una moral muy definida. Es una persona que está siempre en lugares turbios y situaciones complicadas por lo que generalmente uno puede inferir que no se va a dedicar a hacer algo bien visto.
Dada las escenas que le toca hacer a este personaje, me demandó una gran exigencia física. Si bien cuando me convocaron en noviembre de 2019 no estaba mal físicamente, no era mi mejor momento. Rodolfo, el director de la segunda parte me dijo: “Ponéte al pie de la cama, un poster de Brad Pitt en ‘El Club de la Pelea’, lo vas a ver todos los días y te vas a decir: así tengo que quedar”.
Por lo que contraté a un personal trainner y realicé una dieta súper estricta. Hasta yo me sorprendí de cuan estricta. Pero como vino la pandemia, se suspendió todo. Ahí, la producción me dijo que me mantuviera físicamente porque volveríamos a filmar, pero que no sabían cuándo. Entonces en plena cuarentena, mientras todo el mundo se relajó un poco y comió de más, yo no podía. Estaba encerrado en mi casa, sin ir al gym, con el entrenador mandándome rutinas para hacer desde casa y con la alimentación estricta. Por fortuna a fines de agosto del 2020 se reanudó todo y viajé a filmar.
-Tanto en cine, como en teatro, o en cualquier experiencia que tiene que ver con el arte dramático nunca doy por sentado que ya tengo al personaje. Incluso cuando el director me lo dice.
No se trata de decir que soy un obsesivo, ya que muchos actores lo plantean. Y no quiero que suene a cliché, de que me meto en el personaje y no salgo de ahí y que estoy atormentado por el personaje. Porque yo lo disfruto mucho, me divierte, me parece un juego y cuanto más lejos de mi experiencia vital sea el rol que tengo que interpretar, mejor para mí. Porque eso es lo que me gusta del desafío de actuar. Tenés que ponerte en los zapatos de otra persona que tiene una vida muy distinta a la tuya.
Por supuesto que dentro de la técnica está encontrar cuáles son los puntos en común que tenés con el personaje, porque por más que sea 100 % distinto a uno, siempre hay algún detalle en el que uno lo puede defender. Y te empezás a agarrar de esas puntas como para armar un plan de vuelo, para saber cuáles son los aspectos que a vos te facilitan acceder al personaje.
-Uno de las cosas que resalto es que en estos países tenemos una idea de lo que es la industria de Hollywood que fabrica productos tipo chorizo, que todas las películas son como “Rápido y furioso” o “Advenger”, pero si bien hay algo de cierto, también aprendí que hay un oficio que respetar detrás de todo eso y a no dar por sentado nada. Porque también hay que saber hacer ese tipo de películas. Nada es fácil. Además en Hollywood hay otro tipo de films como “El Irlándes”, etc., un cine que es interesante.
Por otro lado, en estas producciones hay un enorme respeto por cada una de las personas que están involucradas. Desde un electricista, un fotógrafo o un actor, etc. Nunca se pierde de vista que todos tenemos que llegar a tal fin trabajando de la mejor manera posible. Para mí es un gran aprendizaje. No se puede decir que determinado medio es esto o aquello. Sino que hay que ir y probar y ver como es ese medio.
Además me encontré con gente que capaz que está menos preocupada por la onda o por ser cool, o el glamour como nosotros pensamos. Esa cosa que tenemos en la cabeza de “las alfombras rojas”. Me encontré con gente que lo que les interesa es ir a trabajar y hacer la película. Como por ejemplo Stephen Lang, el protagonista de la película, que si bien hace años que está en el medio cuando trabajas con él, tiene cero postura de glamour. Somos dos personas trabajando. Luego fuimos a cenar un par de veces y tenemos la mejor relación del mundo. Lo que uno puede esperar de un actor con otro actor. No somos amigos, pero tenemos un muy buen vínculo.
También sucede que en las grabaciones tenés asistentes por todos lados. Pero yo soy uruguayo, incluso dirigiendo he trabajado sin asistentes. Entonces no sabía qué hacer. Me voy adecuando.
–Me gustaría volver hacer la obra teatral “Luz Negra”, con la que agotamos todas las funciones en la primera y segunda temporada que se vio interrumpida por la pandemia. De hecho la última función la hicimos en un Festival que participamos en Bs. As., fue regresar y se cerraron todas las fronteras.
La idea de volver está, se me dificulta para ensayar porque últimamente se está filmando mucho en Uruguay series en la que he participado como actor o coreografiando.
Lo que sí quizás hagamos con “Luz Negra” es una película porque el realizador audiovisual Nico Ciganda quedó muy impactado con la obra y le pareció que se podía hacer un film. Estamos viendo que sea con el mismo elenco. Me entusiasma bastante porque la obra me dio mucha satisfacción.
Por otro lado quiero ver qué sucede en Hollywood, ciudad a la que viajo por el estreno de la película. Me interesa ver qué posibilidades hay de mantener un vínculo más frecuente con Hollywood, si bien es la tercer película que hago allí (“No respires”, “La chica de la telaraña” “No respires 2”) existe la posibilidad de hacer que esto sea como una especie de embajada uruguaya en EE.UU. No tengo claro aún si me iré a vivir. Tengo una serie de reuniones para ver qué posibilidades hay.
Además, hoy en día con la pandemia las cosas han cambiado. Antes sí era muy importante que un actor viviera en Los Ángeles. Ahora no.
– No es fácil. Sí lo he logrado, pese a que crecí con la idea de que no se podía. Aunque siempre sentí que no quería que fuese solo un hobby. Me rehusaba a tener que trabajar 8 horas en cualquier otro lugar para luego tener que salir a hacer lo que me gustaba. Así que decidí que me iba a dedicar exclusivamente a esto. Y por supuesto también me hice cargo de esa decisión. No siempre fue todo color de rosas y no siempre sentí que tenía una solvencia económica como me pasa hoy. Hubo momentos más duros y otros no tanto.
-Lo sé. Por eso no juzgo a otro que no lo logró. No le quiero quitar mérito a la suerte. Sin dudas he sido un tipo afortunado de poder llegar a lugares que otros no han podido. Pero también he hecho cursos de combate escénico que es lo que me permite desarrollar coreografiar las peleas y las escenas de riesgo para las series y películas. Sumado al haber estado atento como para saber que eso me podía servir para llegar en un futuro. Y el haber sabido comunicarlo a los directores y productores de las distintas producciones que se iban realizando como para que ellos confiaran en mí. El primero que confió fue César Charlone en “La Redota”, a quien estoy agradecidísimo. Después de ahí comenzaron a surgir un montón de trabajos.
-Soy terco. Aparte la suerte y la perseverancia van de la mano. Te diría que lo que hay es inconsciencia, valentía y terquedad ya sea en la actuación o en el combate.
-No. Sé que estoy en un buen momento y me está yendo bien. Sé que logré vivir de esto pero es al día de hoy, no sé dentro de un año. Además hay millones de cosas que me quedan por hacer como actor e incluso como coreógrafo. Esto último lo quiero hacer de un punto de vista más gerencial porque como estoy un poco más grande, ya no quiero exponerme a hacer escenas de acción tan comprometidas. Actualmente estoy contento con lo que hago. Puedo pasarme 12 horas o más en lo del combate o como actor encerrado construyendo un personaje, dándole vida que no me pesa. Es más, me gusta.
-Es un ejercicio que es buenísimo y que hago mucho para motivarme. Es eso de conectarme con mi parte más lúdica e ingenua que quería desarrollarse como actor ya que en mi caso el llamado de la vocación fue muy temprano, como a los 10 años. A ese Christian le diría: ‘Mirá estoy filmando una película, o una serie en Uruguay para el exterior y hago peleas, hice lo que pude, me fue bastante bien, puedo vivir de esto y me divierto un montón’. Me imaginó la cara de asombro y a la vez, creo que estaría muy contento.
-Mi familia, mi hija de cuatro años y mis amigos. Pero teniendo en cuenta que todos están un poco locos como yo, porque no es fácil seguirme la cabeza. Locos en el sentido de que cada día es una aventura. Nada es demasiado rutinario. Un día estás filmando una película, otro día estás ensayando una obra de teatro o una serie, etc. Y en ese sentido necesitas un gran soporte del entorno.
Los momentos en que tengo mayor felicidad es cuando estoy con mi mujer, con mi hija y mis amigos y puedo compartir mis experiencias con ellos.