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“Es un libro componedor de la historia reciente”

Por Silvana Brustia Caperchione

El escritor, periodista y guionista uruguayo Pablo Vierci (1950) lanzó recientemente el polémico libro “La Redención de Pascasio Báez”, bajo el sello de Editorial Sudamericana. Novela que narra, -combinando ficción y datos históricos-, uno de los hechos más adversos del pasado reciente: el asesinato de un peón rural por parte del MLN. Para conocer los motivos que lo llevaron a escribirlo, detalles de lo sucedido y de dicha publicación, SHOP NEWS mantuvo una entrevista exclusiva con el autor.

Los hechos: El 11 de diciembre de 1971, el peón rural uruguayo Pascasio Báez, -sin proponérselo-, fue testigo de la salida de una persona de un escondite subterráneo en el campo lindero donde trabajaba, intentando detener a un animal que había escapado. Ese establecimiento, llamado Espartacus, (ubicado en la Ruta 9, a unos 10 km de la ciudad de Pan de Azúcar, Maldonado) albergaba una guarida de los guerrilleros del MLN (Movimiento de Liberación Nacional –Tupamaros), llamada popularmente “tatucera”. En el momento que lo vieron, lo capturaron e intentaron explicarle los beneficios del proyecto revolucionario pero como fracasaron, se plantearon tres ideas sobre qué destino darle, para impedir que los denunciara. O bien mandarlo a Chile, tenerlo apresado indefinidamente o ejecutarlo. Se decidieron por la tercera y fue asesinado con una inyección de Pentotal, 10 días más tarde. Durante unos meses esto permaneció oculto; pero el 20 de junio de 1972 las Fuerzas Conjuntas descubrieron ese escondite y exhumaron los restos de Báez. Su muerte tuvo una gran repercusión en el país en los años previos a la dictadura militar (1973-1985). Y también, este hecho fue reconocido décadas después por el exguerrillero Jorge Zabalza en “El Espectador” el 28 de noviembre de 1999, como “un delito de guerra contra un ciudadano totalmente ajeno a la confrontación que se desarrollaba en el Uruguay”, ya que antiguos miembros del movimiento afirmaban que se hacían esfuerzos por no herir inocentes y para minimizar el uso de la violencia. (1).

¿Qué te llevo a elegir escribir sobre este tema?

Primero que el 21 de diciembre se están cumpliendo 50 años de los hechos y siempre los aniversarios son motivo de homenaje. Segundo, que soy coetáneo, cuando esto sucedió tenía 21 años, y a mi juicio los que nacimos en esa época tenemos cierta responsabilidad añadida de narrar lo sucedido, ya que hay aspectos que están contados mal.

El crimen de Pascasio Baez es un crimen que no tiene justificación bajo ningún aspecto, un peón rural al que matan simplemente porque descubre una tatucera te habla de un momento de desvarío de la historia uruguaya, ya que su crimen ocurrió pocos días después de las elecciones del 71’ (28 de noviembre), en plena democracia.

Incluso los secuestradores de Báez, -el MLN-, había participado indirectamente en las elecciones. No presentó listas, pero tenía el Movimiento 26 de Marzo que integraba el Frente Amplio y que tuvo 59.000 votos, lo que les permitió elegir al senador Enrique Erro. Fue igualmente una suerte de fracaso electoral, ya que solo los apoyó el 3,4% de la población total. Pero la vida democrática es eso. Es saber ganar y perder. Además existía un parlamento y todas las medidas de Bordaberry y luego de Pacheco Areco, estaban amparadas en la constitución. Entonces si estábamos en una democracia, en crisis, sin dudas pero lo era. De todas formas, en mi libro no juzgo. No es un tema de derecha o de izquierda, ni de buenos o malos. Es un tema de tratar de mirar los hechos.

Y en tercer lugar, porque la pandemia me produjo un reseteó de la historia. Me dio la sensación que había temas pendientes que saldar y que era el momento de contarlo, porque se te va la vida.

Pablo Vierci

¿Cuánto hay de ficción y cuanto de realidad?

-Hay partes de la novela que son ficción, pero los datos históricos son reales. Todo el anclaje histórico lo googleas y lo encontrás. No estoy inventando nada. Es una novela histórica de género realista, esa es la diferencia con lo fantástico. Siempre escribo realismo, prefiero la realidad histórica. Lo que sucede es que la novela te da la posibilidad de tener un impacto que un libro de historia no te lo da, lo cual me hace llegar a una mayor cantidad de lectores a quienes invito a un largo viaje. Partimos de aquí pero los llevo a un lugar diferente, que le va a permitir mirar de otro modo el paisaje.

¿Cuál es tu objetivo con este libro?

-Soy escritor y me dedico a esto desde que tengo 18 años. Mi rol es contar como sucedieron los hechos. Y también como cuando se entra en el espiral de la violencia no sabes cómo termina.

Mi objetivo es conciliador y componedor, y que como uruguayos debatamos sobre temas más superadores. Pero no puedo componer una historia si está renga. No puedo hacerlo si la gente está convencida que el MLN fue una especie de “Robin Hood”, que actuó por la justicia y luchando contra la dictadura como se suele decir, cuando no es así. Eso es una barbaridad histórica ya que el Golpe de Estado fue en 1973. Se ha dado ese falso relato.

“Creo que para reconciliarnos tenemos que recomponer esa parte de la historia con todas las cartas arriba de la mesa. No se puede tener una historia renga”.

Lo que ocurrió en Uruguay es que el fogonazo de la revolución cubana fue tan fuerte que los tupamaros quisieron imitarlo, como en varios países de América Latina. Pero en Cuba fue diferente, porque Fidel Castro realizó una revolución contra un dictador. Por eso todo el mundo lo apoyó al principio, ya que prometía llamar a elecciones.

Incluso el Che Guevara, que vino a Uruguay en 1961, al Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) celebrado en Punta del Este (2), -en su carácter de Ministro de Industria y Presidente del Banco Central del régimen de Fidel Castro, convocado por el entonces presidente Victor Haedo-, dio un discurso donde dijo: “Nosotros queremos extrapolar la Revolución Cubana pero no aplica a Uruguay porque es un país civilizado, democrático, tiene libertades de todo tipo, tiene elecciones”.  No obstante aquí se llevó a cabo, por lo tanto no fue una guerra civil sino que fue una guerrilla contra la democracia.

Después, vino enseguida la dictadura (1973 -1985), muy cruel, violadora de derechos humanos. Y por ser tan cruel, sepultó lo anterior, lo de la guerrilla. Además, las víctimas de la dictadura que eran todos los rehenes, los que estaban presos, a quienes les violaron los derechos humanos salieron bendecidos como mártires. Entonces los victimarios de antes, se convirtieron en victimas y eso hizo que la historia quedara totalmente torcida. Por eso Pascasio Baez es un buen símbolo para demostrar que aquello (o sea la guerrilla) era una farsa, una tremenda violación de los derechos humanos.

Aparte que un relato falso indefectiblemente te va a llevar a ulteriores acciones endebles, frágiles, por ejemplo, te va a sugerir que Nicolás Maduro es el portavoz actual de aquella revolución cubana de 1959 y no es así. Hay que cortar con esa cadena de mucha gente en el Uruguay, eso de estar casados con su retórica, con sus slogans de años anteriores. Porque si te dicen: “Mirá que aquello era un error, mataron a inocentes como Pascasio Báez, Vicente Oroz, Juan Andrés Bentancour Carrión, Hilaria Quirino, etc.”, vos podes ver que no tenés nada que ver con esos slogans.

Por otro lado, desde que salió el libro, nadie me cuestionó ni me contradijo que asesinaron a Pascasio Baez. Nadie lo discute. Solo algunos dicen que fue un error. Zabalza dijo que fue un delito de lesa humanidad de parte de ellos. Hay arrepentimientos sí. Pero desde el punto de un error, cuando en realidad murieron muchos inocentes. Lo de Pascasio es simbólico. Muestra como el ser humano puede enceguecerse, cometer locuras y ser muy cruel. Si nosotros los uruguayos podemos llegar a ese grado de crueldad, hay que estar atentos. No hay que dejar que crezca. Por eso hay que contar toda la verdad.

¿Crees que podes lograrlo con este libro?

-Es mi granito de arena. Hay que ayudar a la sociedad. Siempre lo sentí, pero después de la pandemia, lo siento más. Como un imperativo categórico.

En entrevista con el programa “Esta Boca es mía” declaraste que Pascasio es una especie de mártir. ¿Por qué?

-La distancia que hay entre el sadismo del asesino y la inocencia de esta victima lo eleva, aunque él no quiera, a la condición de mártir inocente o héroe cívico. Lo eleva por la infinita distancia entre un gesto y el otro. No suele verse en la historia un caso de este tipo. Donde tú estés haciendo la revolución redentora por los más humildes, -ya que más humilde que Pascasio lo dudo-, se supone que es por ellos, y justamente en aras de esa iluminación de redentores por los más humildes, asesinas a un más humilde. Es una paradoja. Y también un talón de Aquiles enmarcada en todo ese discurso del “Robin Hood”.

¿En qué periodo están contados los hechos?

-Me pareció que era muy importante delimitar el período. La novela histórica de Pascasio Báez es una historia contada en democracia. No me meto en el periodo de la dictadura, después del 27 de junio de 1973. El personaje central regresa luego al Uruguay en el año 2000, en otro contexto.

Realizaste una investigación periodística. ¿En qué fuentes te basaste?

-Me baso en el testimonio del nieto de la señora de Pascasio que me llevó al lugar de los hechos, al campo donde llevaba a pastorear al caballo. También en el de la hermana de Báez, que se llama Esther. Y de un soldado que me pidió no diera el nombre que nos cuenta exactamente como descubrieron la tatucera, el cadáver, cuáles fueron las circunstancias en que lo desenterraron.

Además, fui sumando hechos. Como te conté al principio, fui testigo de lo sucedido y eso me da una buena base. Vi también como Liber Seregni, uno de los fundadores del Frente Amplio, quiso hacer una especie de autocritica en el año 2000 cuando declaró que él no fue lo suficientemente duro con las violaciones de derechos humanos de los tupamaros. Pero todos lo criticaron y de su propio partido nadie lo defendió. Esto está en todos los diarios. Solo basta googlear.

Luego, había entrevistado a Ulysses Pereira Reverbel que fue el primer secuestrado por los Tupamaros en 1968, con quien fui a la cárcel del pueblo donde estuvo un año y dos meses, un sótano en la calle Paullier, totalmente inhóspito.

Por otra parte, leí todos los libros que hay en la vuelta sobre el periodo democrático, de la historia de los tupamaros de 1963 al 1972. Entre estos, el de ex tupamaro Luis Nieto que se llama “La Guerrilla Innecesaria” donde explica justamente que no era necesaria, que hizo un gran daño ya que murió mucha gente. Lo cual, fue una desgracia porque la mayor parte eran jóvenes idealistas creyendo que el poder estaba a la vuelta de la esquina y se podía tomar por las armas. Se embarullaron, se obnubilaron con el poder.

Asimismo, entreviste a varios amigos míos ex MLN, que hoy están exiliados y a quienes protegí como fuente no dando los nombres, para que me contaran toda la urdimbre, como funcionaba, lo de la clandestinidad, lo que estaban en la formalidad, como se vinculaban. Esto incluso está contado en las propias  Actas Tupamaras. Tienen ese grado de sinceridad y soberbia. Consideraban que estaban tan iluminados que lo cuentan. Y lo que están contando es una terrible violación de los derechos humanos.

¿Cómo ha sido la reacción del público? ¿Te enfrentaste con muchas críticas en tus redes sociales?

-Por suerte, ya vamos por la segunda edición. Y ha tenido una gran repercusión, hasta salió en todos los informativos. Pero esto no es merito mío. Es que es una historia que estaba soslayada y la gente se dio cuenta de esto. La novela es un lente de aumento sobre un episodio que creo que es simbólico.

En las redes he tenido muy pocas críticas. O gente que responde por ejemplo con la lista de los muertos en la dictadura Argentina. Entiendo que las dictaduras son terribles, pero no logro entender que tiene que ver una cosa con la otra.

¿Cuál fue el mayor dilema que se te presentó con esta temática?

-El no ser injusto con ninguna parte. El no ser parcial. Lo que hago es poner todas las cartas arriba de la mesa. La consigna de los tupamaros es no revolver para hacer de cuenta que no ocurrió. Lo que hago yo es revolver para decir que si ocurrió, que es una realidad.


Sobre el autor

Pablo Vierci escribió guiones para documentales y largometrajes y gran variedad de libros que han sido traducidos a varios idiomas. Además ha obtenido premios a nivel internacional. También ha participado como panelista en el programa televisivo de Canal 10 “Debate abierto”, junto a Cristina Maeso, Julio Toyos y otros comunicadores. De su obra cabe destacar: “Los tramoyistas” (1979), “Pequeña historia de una mujer” (1984), “Detrás de los árboles” (1987), “99% asesinado” (2004), “La sociedad de la nieve” (2009), “De Marx a Obama” (2010), “Artigas – La Redota” (2011), “El desertor” (2012), “Ellas” (2014), “Tenía que sobrevivir» (2016) (con Roberto Canessa), “El fin de la inocencia” (2018). Entre los premios que obtuvo resaltamos: en 1987, el segundo Premio Nacional de Literatura de Uruguay, en 2003, fue ganador del Premio Citigroup Excelencia Periodística de la Universidad de Columbia de Nueva York. En 2004 obtuvo el segundo Premio Nacional de Literatura de Uruguay y en 2009 el Premio Libro de Oro de la Cámara Uruguaya del Libro.


(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Asesinato_de_Pascasio_B%C3%A1ez

(2) https://www.elpais.com.uy/mundo/dia-che-guevara-visito-uruguay.html

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