Álvaro Deleón es un DJ y productor uruguayo, colaborador de varias marcas, especialista en pasar música desde hace décadas en eventos y fiestas, que tiene como pasión los vinilos. Para conocer acerca de sus inicios, el desarrollo de su estilo personal, su carrera y el secreto de su éxito, SHOP NEWS lo entrevistó. Una charla íntima, con la particular mística que lo caracteriza.
Por Silvana Brustia Caperchione
-A mis 14 años, en el año 87, fui al primer cumpleaños de 15 de unas de mis compañeras de generación del liceo y vi por primera vez trabajar a un DJ con vinilos. Recuerdo que me paré al lado de él, totalmente fascinado y me dije esto es lo que quiero ser. Además, desde niño empecé a escuchar música disco y funk americana ya que mi padre tenía una colección de vinilos que disfrutábamos en familia.
-Mis primeros pasos como productor son muy recientes. Se remontan a cinco años atrás, en la escuela de Marcelo Castelli en Music Factory.
-Es arte que seleccionamos para aflorar las emociones que pertenecen al alma. La intención al tocar es llegarle mediante la música a lo más profundo del corazón de la gente.
-Mi estilo personal como DJ, lo he ido desarrollando a través del tiempo, durante los más de treinta años en que me dedico a esto.
-Accedí a mis primeros equipos a través de un amigo de la barra, ya mayor que nosotros y quien era DJ también. Nunca lo habíamos visto en acción, porque al ser de más edad, tocaba con bandejas de marca Izu, en clubes donde no nos estaba permitido entrar, pero las pudimos ver y usar porque luego de trabajar llevaba las bandejas a su casa.
-La que me motivó fue la música disco, el funk, el House y el folk. Actualmente mantengo las mismas raíces, pero pasé por todos los estilos musicales. Hace diez años ya me perfilé en lo que estoy haciendo hoy en día. En el correr de todos estos años, gracias a Dios, adquirí una cultura musical muy vasta que ha marcado mi estilo personal.
-El primer evento fue un cumpleaños de quince importante, que lo realicé con mi primer socio de la discoteca, con quien comprábamos vinilos en conjunto. La experiencia de tocar fue muy emocionante, pese a los nervios que tenía, pero salió perfecto. En ese entonces todo era con vinilos y cassetes. Hasta el día de hoy me acuerdo la canción con la que inicié el evento: A deeper Love, ¡inolvidable!
-Vinilos por dos razones, la primera fue el formato que hace años comenzó a producirse en el mundo con nuevas ediciones a nivel mundial. Máquinas de producción, que hay por todos lados, las disqueras tiene un espacio para venta de vinilos. Mezclar con vinilos es distinto en cuanto a sonido (no en cuanto, a si es mejor o peor), sino a que es un formato distinto, valorado y cotizado. Con un buen mezclador, púas, y una buena selección musical, te haces diferenciar.
-La primera barrera fueron los precios de los materiales. En ese entonces, los formatos que existían eran los vinilos y los cassetes, y nos costaba mucho comprar los discos porque eran muy caros. Fue un sacrificio muy grande conseguir la disquera que hoy tengo ya que yo estudiaba y trabajaba. Luego, los cambios de formato que se dieron en estos últimos treinta años me llevaron un tiempo de adaptación. Al principio fue difícil, lo fui haciendo, pero volví al primer amor que son los vinilos. Amo ese formato.
Otra dificultad es que este es un mercado muy competitivo, hay muchos DJ buenos, lo cual genera una exigencia grande, pero eso nos permite el buscar crecer y actualizarnos.
-Ha evolucionado mucho. Y para peor con los ritmos latinos, hablando de mis gustos musicales.
Veo que ha involucionado. No existe la creatividad de las décadas de los 70’, 80’ y 90’. Los estilos musicales han migrado tanto que es muy difícil para un chico que tiene 13 o 14 años recordar una canción como lo hacemos nosotros por ejemplo en la Noche de la Nostalgia.
La escena de la música electrónica ha sufrido mucho. Hoy, en Uruguay se ha afianzado, pero gracias al trabajo de todos estos años de la gente que trabajamos con ese estilo.
-Si bien hay varios artistas destacados, particularmente hay un artista que admiro muchísimo: Lee Marrow, DJ y productor italiano de la década de fines de los años 80, quien se lució con el italo dance. Él me influyó en el House, estilo al que después me dediqué.
-Depende evidentemente del evento y del público. Me voy actualizando ya que compro música europea mes a mes, remixes, funk, House, new disco, deep. De todas formas tengo mi personalidad y mi estilo bien marcado. Son eventos para armonizar y si da para bailar también se hace.
En el último evento que trabajé de Campari, mucha gente joven se acercó a sacarle fotos a los vinilos.
Entiendo que hay una oportunidad de hacer un trabajo distinto con buena música. Cuando una marca me contrata le pongo mi impronta, a la vez que intento satisfacer musicalmente al público presente y representar a la marca que confía en mi trabajo musical.
De ahí que he trabajado con varias marcas. Por eso invierto tiempo a la hora de elegir la música que quiero que se escuche, donde hay un abanico de edades. Tengo aún mucho que mostrar.
-Retos tuve muchísimos, pero destacó mi primer Sunset en Punta del Este, donde tenía el desafío no solo de armonizar la tarde, causar una buena sensación con mi set, con mis formatos, sino también hacer bailar a la gente en la playa. El resultado fue exitoso y eso me dio una gran satisfacción y me ha permitido continuar desarrollando otros Sunsets y eventos.
-El streaming ha dominado como plataforma para escuchar música, pero el vinilo hace siete años ha resurgido en el mundo. Se están haciendo vinilos, re ediciones, se están abriendo sellos, disquerías y ha tenido una relevancia muy importante en este último tiempo. El vinilo va a continuar, es un formato de mucha mística.
-Tocar en Europa, y en el medio local alguna fiesta de convocatoria masiva.
-Comprar música, además de la meditación. Logro desprenderme de la realidad del mundo mientras estoy en eso. Me transporta a mi mundo interior.