

En defensa de los derechos LGTBQI+ y de las mujeres
El comienzo del Mundial de Qatar 2022 ha puesto las miradas en la situación del país, donde se dan abusos de los derechos humanos, especialmente el de las mujeres y el de la Comunidad LGTBIQ+.
Qatar, el país más rico del mundo, tiene una carencia profunda: sus violaciones sistemáticas de derechos humanos, ya que se somete a las mujeres, se persigue a los homosexuales y a la prensa libre, se explota a los trabajadores, que en los escalafones más bajos de los empleos y los salarios son migrantes, como los 6.500 que han fallecido levantando los estadios en los que ahora todo es emoción.
Por este motivo ha surgido una gran polémica en torno al hecho de asistir al mismo. El mundo del espectáculo no es ajeno a esto, variedad de famosos han dicho que no brindaran shows durante el campeonato. En Uruguay también se polemiza al respecto. Uno de los artistas que está en contra de acudir al mismo, es el reconocido actor, conductor y RR.PP Jimmy Castilhos quien se enfrentó a Susana Giménez, -vía Instagram- cuando está confirmó que asistirá al mundial. Conocé en SHOP NEWS todos los detalles.

En un estado de 2,9 millones de habitantes de los que solo el 25% son mujeres, muchas de ellas siguen viviendo a la sombra de los hombres, de los que necesitan permisos y tutelas en varias etapas de su vida. Sin dejar de mencionar el abuso a los derechos humanos, especialmente a lo de estas y a los de la comunidad LGTBIQ+ que denuncian desde Amnistía Internacional. También activistas locales, organizaciones de derechos humanos internacionales y hasta la ONU están recordando con informes y comparecencias que no todo es fiesta.
“La Copa del Mundo atrae una inmensa atención de los medios de comunicación internacionales y de los aficionados, pero hay un lado oscuro del torneo que está eclipsando el fútbol”, dijo Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch. Y agregó: «La FIFA concedió al país del Golfo la organización del Mundial en 2010, “sin la debida diligencia en materia de derechos humanos y sin establecer condiciones sobre la protección de los trabajadores migrantes que serían necesarios para construir la enorme infraestructura”.
Por este motivo, (violaciones sistemáticas de derechos humanos) que varios famosos han rechazado la elección de la FIFA y han culpado a la organización de dar más importancia al dinero ingresado que a los valores transmitidos por este país. Algunos futbolistas ya han declarado en varias ocasiones que llevaran una pulsera con la bandera arcoíris en apoyo a la comunidad LGTBIQ+ durante su actuación en el mundial, sin importarles las normas y leyes de Qatar.
Y otros cantantes no están dispuestos a viajar al país y relacionar su música y su show con las ideas de esa comunidad, tal como Dua Lipa y Shakira. También Rod Stewart que rechazó más de un millón de dólares porque no le parece correcto ir a un país con esas ideas y valores.
A nivel local, Uruguay no es ajeno a esto. Ha surgido una gran polémica al respecto. Y opiniones encontradas. Una de estas es la del actor, conductor y RR.PP Jimmy Castilhos que reprobó la actitud de Susana Giménez de ir al mundial. Pero no solo la de ella, sino en general.
Para el artista:
«Es inadmisible que se organice un mundial en un país donde se violan los derechos fundamentales de la mujer y la amenaza inclusive a la vida de integrantes de la comunidas LGTB que expresen su cariño en público. Salgo en defensa porque creo que desde mi lugar, aporto un pequeño granito de arena para construir un mundo mejor»

Todo comenzó con un posteo en Instagram de Susana Giménez, -una de las divas mayores de la vecina orilla-, recordando su pasaje por el Mundial de 2010 y su pronta partida al Mundial de Qatar que comenzó este domingo 20 de noviembre.
Al respecto, Castilhos le comento, -desde el mayor de los respetos-, lo que es su postura:
“No deberías ir a Qatar, ahí denigran a la mujer y a la comunidad LGBT. Vos sos un símbolo de amor para todos nosotros. Me atrevo a esta opinión porque te admiro desde siempre y soy parte de esa tribu que te hizo y hace una estrella. Me duele que prestes tu imagen para este desastre solo por fútbol, en fin, con mucho amor y respeto, Jimmy”
Eso no ha impedido que la diva asista, como mucha gente. Se espera que más de 1,2 millones de visitantes internacionales acudan a Qatar para ver el mundial entre los 32 equipos clasificados, junto con muchos dirigentes gubernamentales y del fútbol mundial.
Human Rights Watch o Amnistía han documentado desde tiempo atrás que las leyes, reglamentos y prácticas qataríes imponen “normas de tutela masculina discriminatorias”, que “niegan a las mujeres el derecho a tomar decisiones clave sobre sus” vidas. Tienen dinero, sí, sus vidas son relativamente acomodadas o estables, pero ¿dónde están sus derechos?
Todas las mujeres deben utilizar al menos el hiyab, un velo que les cubre la cabeza y el pecho en presencia de personas que no sean de su familia inmediata. Es aún más común la shayla o la abaya. En este país, se cumple con esa visión de obligatoriedad y con la excusa de que es para proteger a las mujeres de la lascivia de los hombres. Pero eso no es todo. Lo esencial es que las mujeres necesitan obtener el permiso de sus tutores masculinos (los miembros masculinos de la familia, esto es, su padre o marido, quizá un hermano dado el caso) para casarse, estudiar en el extranjero (incluso si ha pasado un proceso de selección del Gobierno para becas) o en la universidad, trabajar en la mayoría de empleos públicos, viajar al extranjero hasta ciertas edades y recibir determinados cuidados de salud reproductiva. Hasta tienen vetado tomar un taxi solas sin él.
Sin dejar de mencionar que el código penal de Qatar penaliza todas las formas de sexo fuera del matrimonio, con penas de hasta siete años de prisión. Si las mujeres son musulmanas, también pueden ser condenadas a latigazos o a lapidación. En cuanto si sucede una violación, la policía no suele tener en cuenta a las mujeres que denuncian este tipo de violencia, sino que cree en los hombres que afirman que fue el sexo fue consentido. Cualquier indicio de que la mujer conocía al hombre ha sido suficiente para procesar a la mujer, es un proceso diario.
También se exige a las mujeres que muestren un certificado de matrimonio para acceder a determinadas formas de atención a la salud sexual y reproductiva, incluidos los controles de infecciones de transmisión sexual y la profilaxis posterior a la exposición al VIH. Carecen, igualmente, de acceso a la anticoncepción de emergencia.
Obtener el divorcio es muy complicado para ellas, mientras que ellos, los hombres, pueden casarse hasta con cuatro mujeres y divorciarse fácilmente si lo desean. Si hay hijos, la custodia de ellos es compartida hasta los 13 años, si es hombre, y 15 si es mujer, pero luego ya la tutela es completa del padre, por lo que todas las decisiones sobre ellos deben ser tomadas por él. Y una vez casada, la mujer debe obedecer a su marido y puede perder el apoyo financiero de él si decide trabajar, viajar o se niega a tener relaciones sexuales sin una razón “legítima”.
Qatar es uno de los 70 países del mundo que criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo. En su código penal, castiga las relaciones sexuales consentidas entre hombres mayores de 16 años con hasta 7 años de prisión (artículo 285). También establece penas de entre uno y tres años (artículo 296) para cualquier varón que “instigue” o “incite” a otro varón a “cometer un acto de sodomía o inmoralidad”. Se impone una pena de hasta 10 años (artículo 288) a quien mantenga relaciones sexuales consentidas, lo que podría aplicarse a las relaciones consentidas entre mujeres, hombres o parejas heterosexuales del mismo sexo.
Durante las semanas que dure el Mundial, los aficionados tendrán que evitar muestras de afecto en público y deberán mantener una vestimenta recatada. Ni hombres ni mujeres podrán exponer ciertas partes de su cuerpo. Las minifaldas, vestidos cortos, ropa sin mangas, bikinis, pantalones cortos o rotos estarán prohibidos. Hasta esa libertad está coartada y se deja que pase.
“El legado de la Copa Mundial de 2022 dependerá de si Qatar remedia con la FIFA las muertes y otros abusos que sufrieron los trabajadores migrantes que construyeron el torneo, aplica las recientes reformas laborales y protege los derechos humanos para todos en Qatar, no solo para los aficionados y futbolistas visitantes”.
Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch.
Hay quien se pregunta si todas estas informaciones negativas pueden llevar a que los ciudadanos cambien en su actitud ante Qatar.
La socióloga sevillana Marisa Ramírez “quiere” tener esperanza, pero explica que es complicado que eso pase. “Es tan grande la avalancha de informaciones de propaganda o sencillamente blancas, deportivas, festivas, alegres, que tapan el intento de algunos medios de contar también la cara oculta de la competencia. Son eventos tan viscerales, tan pasionales, que incluso personas muy conscientes prenderán la televisión o la radio para saber cómo rueda la pelota” sostiene.
A su entender, “hay que mantener esa labor de pedagogía, porque sólo desde el conocimiento viene la indignación y, luego, el cambio, pero sin pensar que será determinante para que Qatar fracase y no tenga más acontecimientos de este tipo, eso no va a suceder o no de inmediato”. Las asociaciones, organismos y ONG de derechos humanos quieren que el mundo sepa. Porque saber es actuar, como dice Ramírez.
Fuentes: https://www.huffingtonpost.es, Amnistía Internacional, información en general.