

En el Día de Prevención del Suicidio, ShopNews se une al llamado para romper el silencio y ofrecer esperanza: escuchar puede salvar vidas.
El suicidio sigue siendo uno de los temas más difíciles de abordar en nuestra sociedad, rodeado de silencio y prejuicios. Pero la realidad es ineludible: todos conocemos —o hemos conocido— a alguien que ha sufrido, a alguien que se ha ido demasiado pronto por esta causa. Esta cercanía debería impulsarnos a hablar con sinceridad, a escuchar con empatía y a actuar con urgencia.
Cada 17 de julio, Uruguay conmemora el Día Nacional de Prevención del Suicidio, amparado en la Ley 18.307, que impulsa una política pública integral para la prevención, la sensibilización social y el acompañamiento a quienes atraviesan crisis profundas.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 700.000 personas mueren por suicidio cada año en el mundo, una cifra que supera a las muertes por homicidios o guerras. En Uruguay, la tasa es alarmante: alrededor de 23 suicidios por cada 100.000 habitantes, según el Ministerio de Salud Pública (MSP), más del doble del promedio global.
Los jóvenes y adolescentes son especialmente vulnerables; se estima que el suicidio es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años a nivel mundial (OMS, 2021). Estas cifras no son solo estadísticas, son vidas interrumpidas, familias devastadas, comunidades marcadas por la pérdida.
Muchos mitos perpetúan el estigma y dificultan la búsqueda de ayuda. Conocer la verdad es fundamental para poder actuar.
| Mito | Realidad |
|---|---|
| Hablar del suicidio incita a hacerlo | La conversación abierta salva vidas y permite intervenir a tiempo (CDC, 2022) |
| Solo quienes tienen trastornos mentales se suicidan | El suicidio puede afectar a cualquier persona en situación de vulnerabilidad (OMS) |
| Las amenazas de suicidio son solo una forma de llamar la atención | Son señales reales de dolor y pedido urgente de ayuda (MSP Uruguay) |
| No se puede prevenir el suicidio | Intervenciones efectivas y acompañamiento cambian el curso de muchas vidas (OMS) |
El suicidio no es un acto de cobardía ni una elección sencilla. Es la expresión de un sufrimiento profundo, a menudo invisible, que sobrecoge a quien lo vive y a quienes lo rodean. El psicólogo Edwin Shneidman describió el suicidio como la “solución definitiva a un problema temporal”, recordándonos que el dolor, aunque intenso, puede ser aliviado.
Como sociedad, debemos construir un “nosotros” fuerte, un espacio donde el “yo” frágil encuentre apoyo, comprensión y esperanza. En palabras que resuenan en los tiempos que vivimos: “No hay una cura privada para tus problemas. Ese malestar solo puede tratarse construyendo a su alrededor relaciones más potentes que las fuerzas que lo producen.”
La Ley 18.307 impulsa la creación de redes de apoyo, capacitación de profesionales y campañas educativas. Pero la prevención comienza en lo cotidiano:
El reciente fallecimiento de Gonzalo Meira, jugador de básquetbol surgido en Biguá, conmocionó a la comunidad deportiva y a todo el país. Gonzalo tenía 37 años y su partida abre una puerta dolorosa a la reflexión sobre la importancia de reconocer las señales de angustia y el impacto que el silencio puede tener en personas cercanas a nosotros.
Más allá del deporte y la fama, Gonzalo era un ser humano que enfrentaba desafíos invisibles. Su historia es un llamado para que dejemos de lado prejuicios y tabúes, para que aprendamos a estar atentos y a tender la mano a tiempo. La prevención empieza por el cuidado cotidiano, el diálogo sincero y la contención.
«Comparte esta nota. Cada mensaje puede salvar una vida. Porque detrás de cada número hay una historia que merece ser escuchada y acompañada».